
Hoy fue un día diferente y emocionante a la vez. Inicio confesando que nunca he mostrado mayor interés por contar con mi propio espacio de comunicación virtual más allá del conocido messenger; pero hoy fue diferente.
Aunque desde hace días y casi que por insistencia propia, he ido poco a poco cambiando mi opinión con respecto de sitios como Hi-5, Facebook o los mismos blogs; no fue si no hasta hoy que me animé a crear mi propio espacio.
Todo pasó cuando, por razones que aún no me explico, me metí al blog de un amigo que me llevó a otro sitio de una persona cuyo nombre no quiero recordar pero que me abrió los ojos de lo que podía hacer con mi mente creando y mis manos ejecutando.
Bastaron segundos para empezar a pensar en todos los temas de los que podría hablar: desde la pobre chinita que cambiaron en las Olimpiadas de Beijing por no ser atractiva (y todavía se preguntan por qué cada vez más niñas y adolescentes presentan cuadros de anorexia, bulimia o depresión o las más grandes recurren a cuanta cirugía pueden) hasta la más increíble historia que jamás imaginaríamos, revelada en una cena con amigos, durante las compras del supermercado o en el más solitario de los pensamientos durante una tarde lluviosa de domingo.
La emoción crecía aún más cuando me monté al carro camino a la casa. Será la forma de comunicar y expresar lo que veo, pienso y siento que tanto me había rehusado a hacer, así que no queda nada más que iniciar con esta aventura.
Es mi primera vez y me entusiasma. Y lo más gracioso de todo, es que se lo debo a una persona que no merece mi gratitud... ni la suerte que tiene, pero bien dicen por ahí que "todo tonto es derecho".
Aunque desde hace días y casi que por insistencia propia, he ido poco a poco cambiando mi opinión con respecto de sitios como Hi-5, Facebook o los mismos blogs; no fue si no hasta hoy que me animé a crear mi propio espacio.
Todo pasó cuando, por razones que aún no me explico, me metí al blog de un amigo que me llevó a otro sitio de una persona cuyo nombre no quiero recordar pero que me abrió los ojos de lo que podía hacer con mi mente creando y mis manos ejecutando.
Bastaron segundos para empezar a pensar en todos los temas de los que podría hablar: desde la pobre chinita que cambiaron en las Olimpiadas de Beijing por no ser atractiva (y todavía se preguntan por qué cada vez más niñas y adolescentes presentan cuadros de anorexia, bulimia o depresión o las más grandes recurren a cuanta cirugía pueden) hasta la más increíble historia que jamás imaginaríamos, revelada en una cena con amigos, durante las compras del supermercado o en el más solitario de los pensamientos durante una tarde lluviosa de domingo.
La emoción crecía aún más cuando me monté al carro camino a la casa. Será la forma de comunicar y expresar lo que veo, pienso y siento que tanto me había rehusado a hacer, así que no queda nada más que iniciar con esta aventura.
Es mi primera vez y me entusiasma. Y lo más gracioso de todo, es que se lo debo a una persona que no merece mi gratitud... ni la suerte que tiene, pero bien dicen por ahí que "todo tonto es derecho".
No hay comentarios:
Publicar un comentario