jueves, 5 de marzo de 2009

Estragos para la Farándula


Si con ¿Quién quere ser un millonario? hubo comentarios y críticas; con Intrusos de la Farándula podríamos escribir una biblia completa y nos quedamos cortos.

Vamos por partes. Es una copia de La Oreja, sí. Y para quienes han visto el programa mexicano, se dan cuenta que las notas son tal cual las presentaron: persiguen a los entrevistados, hacen preguntas en extremo personales e irrelevantes para el televidente, pero que al final despiertan el morbo del target del programa y se encargan de mostrar el lado menos bonito de la "víctima" y más si se trata de la personas de la competencia.
Hay quienes se enojan y huyen (que son los que pierden) y hay quienes simplemente hablan sin ningún tapujo, vergüenza o tan siquiera consideración a sus familiares, como lo hizo Melissa Mora al decir que el dueño de la Guácima, un hombre casado, separado y vuelto a juntar; ha sido el amor de su vida, pues "una relación de cinco años no se olvida fácilmente"... Sin comentarios.

Pero lejos de su descaro y por lo poco que he podido ver del programa; me parece que su producción y tomando en cuenta todo lo dicho anteriormente, no ha sido tan mala. El set llama la atención, hay un intento de fluidez entre los presentadores, aunque podrían quitar a dos que sobran por mucho y darles clases intensivas de dicción al resto.
Las entrevistas a Linda Díaz, a cargo de Gilberto Valencia, fue de lo mejorcito que pude ver.

Ahora bien, tener ese programa todos los días es casi un abuso. ¿De dónde van a sacar tanto trapo sucio o será que se atreverán a contar todos los chismes que la gente medio oye, pero que nadie se anima a contar tal cuál como son?

Ya lo hecho, hecho está y el programa salió. Es una lástima que no hayan considerado el espacio para producir algo que realmente le sea útil al público. ¡Bendita sea la televisión por cable!